¿Qué es neoliberalismo? Conceptos Básicos
Por: Alberto Mansuetti
junio 26, 2021
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Extracto del libro La Salida, editado y publicado por el Instituto de Libre Empresa – 2004

Neoliberalismo y Liberalismo
Depende, ¿qué se considera “neoliberal”? ¿Las “reformas” de los ’90? Eso no es liberalismo, no tiene nada que ver. Lo que las izquierdas de todo el mundo llaman “neoliberalismo” -de modo entre acusador y despectivo-, en realidad es seudoliberalismo, estatismo disfrazado, o continuación del estatismo por otros medios. “Neoestatismo”.

Conviene comenzar por deslindar nítidamente liberalismo y “neo”. Liberalismo es lo contrario a estatismo.

— Estatismo es el desborde del Estado sobre las esferas privadas, y consecuente control del Gobierno sobre toda actividad. Viene en tres modalidades: mercantilista, socialista y “neoliberal”. La tercera es la que más se aplica, sobre todo desde los ’90.

— Liberalismo es el respeto a la libertad individual, y en consecuencia la estricta separación de lo público y lo privado. Se traduce en tres principios: Gobiernos limitados, mercados libres e instituciones privadas separadas del Estado. Y no se aplica!, desafortunadamente.

Liberalismo económico y político; democracia y Estado de Derecho

En los pasados ’90, los Gobiernos -llamados (por sus adversarios) “neoliberales”-, acabaron por lo general con dos de las manifestaciones más tradicionales, groseras y evidentes del estatismo: inflación y empresas estatales. Pero en lugar de la inflación, no decretaron Gobiernos limitados -y austeros-, sino enormes impuestos para pagar sus enormes gastos; y en lugar de las empresas estatales, no decretaron mercados libres -desregulación-, sino que nos metieron monopolios privados y agencias “reguladoras”. Y en vez de aranceles, pusieron derechos “antidumping”. Y salvo estos pocos cambios, en todo lo demás, el estatismo quedó más o menos como estaba: el Estado siguió como maestro y profesor, médico, mecenas cultural, deportivo y científico; y por supuesto, ductor y “promotor” de actividades económicas. No hubo seria reforma del Estado, con recorte de funciones estatales; y por consiguiente, de poderes y recursos. Por ello el estatismo sigue, algo más modernizado y sofisticado. Pero ahora es etiquetado “neoliberalismo” -injustamente, porque de liberal no tiene nada-, lo cual origina mucha confusión. Con el mal llamado neoliberalismo, el estatismo cambió nada más en los medios o instrumentos empleados; en su manera de financiarse, y en su forma de intervenir en la economía y las finanzas. Por eso las reformas de los ’90 fueron en realidad neo estatistas antes que neo liberales

Tres opciones liberales para nuestro futuro …
¿Cómo será nuestro mañana?

Los peruanos sólo tenemos tres opciones:

— Seguimos como vamos: el status quo más o menos “neoliberal”;

— Retrocedemos a la variante primitiva del estatismo: la salida hacia el pasado populista y estatista tradicional -sea mercantilista o socialista-;

— Avanzamos con el liberalismo de verdad: Gobiernos limitados y mercados libres. La salida hacia el futuro.

… El futuro de Ud., mío y de todos los peruanos
¿Por qué precisamente YO (lector, lectora) debo interesarme en el verdadero liberalismo?

— Porque los ingresos de cada uno de nosotros -incluyendo los tuyos-, dependen de la situación económica general, y no sólo de lo que tú y cada quien podamos hacer o no individualmente.

— Y porque el comportamiento de la economía -bueno o malo- depende de la calidad de las leyes. El crónicamente pobre desempeño de la economía peruana se debe a la defectuosa legislación.

— Y a su turno las leyes dependen del clima político reinante en el país: en el Gabinete, los partidos, y muy especialmente en el Congreso, encargado de hacer (o deshacer) las leyes. Sin leyes buenas no tendremos economía sana.

— Y a su vez, en una democracia el clima político depende del clima ideológico: las ideas predominantes en la opinión pública. Porque los líderes, grupos y sectores políticos son seguidores demasiado obedientes de la multitud. Hasta que la opinión predominante en la masa del pueblo no cambie, no tendremos cambio político.

Y si la cultura de izquierdas termina por imponerse otra vez en el Perú -como en los años ’70 y ‘80-, poca esperanza cabe. El mañana del Perú será como el hoy de Venezuela, Ecuador o Argentina: más populismo e izquierdas en el poder. Si no queremos que ocurra, hay una sola salida: reformas verdaderas de mercado libre, y completas. Porque de otro modo, fracasan. Y las frustraciones y descontentos impulsan a equivocaciones a los pueblos, cuando no han aprendido a votar.

La pregunta crítica es: los conceptos, juicios y valores socialmente predominantes en el Perú -más allá de cierta retórica “mercadista” muy a la moda-, ¿van a favor o en contra de la productividad, la creación de riqueza, las inversiones privadas y las empresas e instituciones plenamente libres? Y si se mencionan estos conceptos, ¿es liberalismo real, o es sólo lenguaje retórico …? No confundir: mucho político populista y socialista “reciclado” usa palabras aparentemente muy “liberales”: globalización, eficiencia, competencia, y apertura, pero alterando a su conveniencia los significados de estos conceptos. (Hoy el colectivismo ya no habla como antes -de proletariado, plusvalía o materialismo dialéctico e histórico-; ha cambiado, pero sigue siendo piso filosófico del estatismo. Y los liberales no podemos combatir el estatismo de hace 20 o 30 años, porque es el mismo en esencia, mas no así en sus modalidades y formas.)

Necesitamos reformas de libre mercado de verdad. Y para ello, profundizar y extender las ideas de libre mercado. No hay otra salida para el Perú. Y tampoco para los otros países latinoamericanos, muy parecidos todos en sus problemas.

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