Como campanadas de un reloj centenario, cada 13 de junio se celebra el Día del Dinero Real, conmemorando la instauración del ducado de oro español en 1497 por los Reyes Católicos. Este hito sirve como poderoso recordatorio del valor perdurable del patrón metálico, un baluarte contra la inflación en la lucha frente al dinero fiduciario de los bancos centrales.
El caso peruano, con su historia de fluctuaciones inflacionarias, nos ofrece una perspectiva cruda y desafiante. Desde su independencia en 1821 hasta la fundación de su banco central en 1921, la inflación acumulada alcanzó alrededor del 158%. Sin embargo, la cifra se dispara desde 1922 a 2022, cuando la inflación alcanzó un aterrador 2.2 billones por ciento.
Con este panorama, el lector puede verse impelido a reflexionar: ¿Es el dinero fiduciario la verdadera respuesta a las fluctuaciones económicas? ¿O podría el dinero metálico, cuya cantidad es inherente a su existencia, ser un férreo baluarte contra la inflación descontrolada?
BCRP
Incluso destacadas figuras como el presidente del Banco Central de Reserva del Perú, Julio Velarde, reconocido como uno de los mejores banqueros de América Latina, han enfrentado esta problemática. Durante su gestión desde 2006 hasta 2022, la inflación acumulada se disparó al 77%. Esta realidad se traduce en que lo que antes se compraba con S/10, hoy apenas cubre S/3.00.
El actual escenario peruano registra una inflación cercana al 8%, cuando la verdadera batalla debería estar por cifras inferiores al 1%. El costo de vida avanza inexorablemente, y los salarios no siguen el ritmo.
Es urgente replantear la estrategia monetaria, buscando un sistema sólido que proteja los ahorros y promueva un crecimiento económico robusto. La propuesta se inclina hacia un retorno al sistema metálico de oro y plata, tal y como funcionaba en el Perú de 1950, pero ahora respaldado por una banca competitiva y globalizada.
El dinero real no es un mero objeto de museo, es una opción tangible para contrarrestar las debilidades del dinero fiduciario y proporcionar una mayor estabilidad financiera. Este cambio requerirá un esfuerzo considerable y una reforma radical de las políticas monetarias, pero los beneficios potenciales valen la pena.
En este Día del Dinero Real, se hace un llamado a las autoridades competentes a considerar seriamente esta propuesta. No como un mero homenaje al pasado, sino como una guía hacia una duradera estabilidad económica. En un periodo donde la incertidumbre económica parece ser la única constante, el dinero real emerge como una alternativa sólida y confiable para salvaguardar la economía.
Las economías resilientes son aquellas que saben adaptarse a las circunstancias cambiantes. Por lo tanto, no se debería descartar un retorno a la moneda metálica, incluso en esta era digital. Tal vez se necesita menos complejidad en los sistemas monetarios y un retorno a la simplicidad de los patrones monetarios antiguos y probados.
Sin duda, un cambio de esta magnitud tendría desafíos significativos. Las implicaciones logísticas de un retorno al dinero metálico son enormes, sin mencionar las preocupaciones por la capacidad de producción de la minería de oro y plata para atender la demanda de este metal.
Ventajas
Pero las ventajas potenciales del dinero real son indiscutibles. Un sistema monetario basado en el valor inherente del oro y la plata podría proporcionar una barrera contra la inflación descontrolada y un escudo contra políticas monetarias imprudentes. En un mundo cada vez más interconectado, la estabilidad financiera es crucial para el crecimiento económico a largo plazo.
Repensar y reformar nuestras políticas monetarias no es solo un ejercicio académico, es una necesidad urgente. Los ciudadanos merecen un sistema que proteja su poder adquisitivo y fomente un crecimiento económico sostenible. El dinero real puede no ser la única respuesta a estos desafíos, pero ciertamente merece tener un lugar en la discusión.
En este Día del Dinero Real, proyectamos un futuro en el que la estabilidad monetaria no sea un sueño lejano, sino una realidad palpable. Porque el valor de nuestro dinero no debería ser un juego de azar, sino una garantía. Este es el verdadero significado del Día del Dinero Real: una celebración de la estabilidad, la durabilidad y la fiabilidad del valor tangible.
Este ensayo no representa el final de la conversación, sino un punto de partida en nuestra incesante búsqueda de soluciones a los desafíos que enfrentamos como sociedad. Como defensor del liberalismo clásico, creo firmemente en el potencial del individuo y en el poder del libre mercado para generar prosperidad y justicia.
Es un honor abrir este espacio para el diálogo y la reflexión sobre temas tan fundamentales como el valor de nuestro dinero. Su participación en este discurso es esencial para acercarnos a una sociedad próspera y justa. Juntos, tenemos el poder de forjar un futuro económico que promueva la estabilidad y el crecimiento.
Hoy, en el Día del Dinero Real, se reafirma el compromiso con ustedes. Seguiremos trabajando, buscando y proponiendo ideas para proteger y mejorar nuestra economía. Continuaremos luchando por una sociedad en la que el valor de nuestro dinero sea una garantía, no una apuesta.
Se agradece sinceramente su confianza y apoyo. Se insta a seguir participando en este diálogo, a seguir compartiendo sus experiencias e ideas. Juntos, podemos generar cambios significativos. La fortaleza de nuestra comunidad radica en nuestra unión y en la diversidad de nuestras voces.
En este Día del Dinero Real, levantemos nuestras voces para recordar el valor y la estabilidad que el dinero real puede proporcionar. Reafirmemos nuestro compromiso de proteger y mejorar nuestra economía, y no cejemos en nuestro empeño de encontrar las mejores soluciones a los desafíos que enfrentamos. Porque el dinero real no es solo un homenaje al pasado, es una promesa seductora para nuestro futuro.